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¿En qué consiste la clínica psicoanalítica?

La clínica psicoanalítica es diversa desde el marco teórico de cada exponente y comprende diversos fines en consideración a la modalidad que tome la demanda del Consultante, si bien contribuye a elaborar el malestar y el padecimiento subjetivo expresado en angustia, síntomas e inhibiciones, es también un método de exploración del Dispositivo Analítico que permite una indagación profunda sobre quién es el Ser Viviente Humano, comprometiendo al Consultante en una experiencia que le permita revisar las identificaciones, las causas de  deseos, la economía de la sexualidad, las fantasías y las modalidades de goce, produciendo modificaciones significativas en la posición ante las demandas en el mundo. Sobre la premisa de la existencia del Inconsciente, el Dispositivo Analítico o la Palabra, la clínica psicoanalítica va más allá del yo del Consultante, de los aspectos racionales y conscientes, para encontrar en el discurso los espacios y fracturas que envían hacia la “otra escena”, lugar donde radican los aspectos más desconocidos del sujeto pero que paradojalmente determinan las acciones, elecciones y padecimientos.

Usa la lógica deductiva como herramienta de análisis e interpretación en su método y opera sobre el discurso del Consultante, por ello una experiencia Psicoanalítica, es una experiencia de lenguaje, donde hablar y escuchar, más que pensar o reflexionar, son las operaciones esenciales que estructuran la sesión Psicoanalítica, por ello, sus alcances no se limitan en reportar beneficios terapéuticos y alivios sintomáticos, sino que se expresan en transformaciones de resignificación subjetivas profundas en la palabra y en un cambio de discurso sobre el consultante mismo, los otros y la historia.

 

Los Seres Vivientes Humanos habitualmente suelen consultar cuando verifican que ya no dispone de más recursos para hacer frente a su realidad, agotando las posibilidades para encontrar alguna salida; pero también consultan cuando irrumpen en su vida síntomas o estados afectivos que ya no pueden dominar: ataques de angustia, sintomatología depresiva, dependencia a sustancias, fobias, etc. También consultan luego de haber probado diversas estrategias terapéuticas, fármacos, consultas médicas, etc. sin encontrar respuestas satisfactorias.

¿Cuáles son las diferencias entre la clínica psicoanalítica y las Clínicas terapéuticas?

La Clinica Psicoanalítica no es una terapia como las otras. Es un proceso de acompañamiento de análisis e interpretación de la palabra. Existen diversas razones que justifican esta mirada metodológica:

Si bien en un inicio Freud descubre los beneficios y los considera terapéuticos de la “cura por la palabra”, paralelamente a la aplicación y desarrollo analítico se fue encontrando además con un procedimiento de investigación subjetiva cuyos resultados van más allá que las mejoras de los síntomas neuróticos. El psicoanálisis fue posibilitando importantes transformaciones para quienes se implican en la resignificación del padecimiento analítico. Entre tales efectos se encontró un cambio de perspectiva sobre la propia imagen de sí, de los otros, del sentido de la existencia y el deseo que la anima. Surge así una primera diferencia con las clínicas terapéuticas. El psicoanálisis no se reduce solo a la curación terapéutica, que a menudo descansa en un fantasma de normalidad impuesto y común para todos, sino que explora y descubre otras regiones del Ser Viviente Humano para encontrar su singularidad con considerables efectos en la Resignificación de  la Palabra.

Su duración no puede ser definida a priori, justamente en la medida en que son también mayores las dimensiones que se ven implicadas cuando se comienza a hablar o asociar e interpretar libremente. Hay en ello otra diferencia con las clínicas terapéuticas, pues no se busca restablecer un estado anterior al surgimiento de los síntomas, sino se procura producir una situación enteramente nueva, inventar soluciones inéditas y orientar hacia un cambio de perspectiva.

En la medida en que el psicoanálisis busca efectos duraderos que van más allá de una mera sugestión, es decir perdurables en el tiempo y con independencia de la situación o de la persona del Analista, requiere del establecimiento de una relación de trabajo de mayor compromiso. Sólo de esta forma el Consultante logra desarrollar nuevas y genuinas herramientas para aceptar su propio destino, acorde con su estilo y con su particularidad.

El psicoanálisis no es una cura estándar, por el contrario privilegia lo singular validando la diversidad en los estilos de vida. Por ello no trabaja para conseguir ideales preestablecidos ni por lo social ni por el deber ser, cada caso vale en su singularidad. Si bien la clínica psicoanalítica utiliza el lenguaje para transformar y Resignificar el padecimiento, cuando una experiencia es sostenida en el tiempo incluso va más allá y busca Resignificarse del mismo lenguaje.

La clínica psicoanalítica lleva casi más de dos siglos, desde que Freud la planteara, cuenta con una tradición de investigadores y clínicos que la han enriquecido con sus aportes, ajustando los acompañamientos analíticos a los tiempos y demandas actuales, perfeccionado la formación de los analistas y acumulado experiencias que son actualizadas y discutidas en los congresos, encuentros y seminarios que tienen lugar en diversas partes del mundo. El psicoanálisis no es un fenómeno de moda, es más bien realista, urbano y actual.

¿Quiénes puede conducir o sostener un psicoanálisis?

No cualquiera está capacitado para conducir y sostener una Demanda de Padecimiento psicoanalítico, se requiere de una formación específica que ocurre posteriormente a una carrera universitaria, que ciertamente no forman analistas. Resulta indispensable que el analista hubiese también experimentado su propio proceso de acompañamiento de análisis e interpretación psicoanalítico, que posea experiencia clínica sostenida y que cuente con el respaldo de una comunidad analítica donde discutir su práctica, exponer y cotejar sus resultados. Es fundamental también una coherencia teórico-clínica en el analista, especialmente para aquellos que desean comenzar con una formación analítica, evitando un eclecticismo pretencioso que solo desorienta y a menudo responde a información parcelada e incompleta de los avances teóricos y técnicos. Sin embargo, y a pesar de todas exigencias, no hay diploma de psicoanalista, el psicoanálisis no tiene la estructura de una carrera universitaria, donde al final de un plan de estudios hay una graduación, por el contrario un analista es el efecto de su propia formación donde cada cual define su camino y donde el aprendizaje de la teoría es sólo un aspecto necesario pero no suficiente.

Freud y Lacan son los autores mayores de la psicopatología y la clínica de la demanda del padecimiento del Ser Viviente Humano, y por tanto no son objetos de moda, son autores clásicos y de reconocida trayectoria, de impacto no sólo en la psicología o la psiquiatría, sino en las letras, la filosofía, el arte. Sus enseñanzas son materia de estudio permanente y de constante actividad científica como lo prueban los coloquios, seminarios, conferencias y encuentros repartidos en todo el mundo. Instancias que posibilitan a los analistas el intercambio de experiencias y su actualización permanente. Su conocimiento requiere de toda una vida.

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